San Vicente es una ciudad localizada en el departamento de Castellanos de la provincia de Santa Fe, Argentina.
Recientemente, la ciudad de San Vicente se sumó a la Asociación y aquí nos cuenta cuáles fueron sus motivos.
¿Qué los impulsó a adherirse a la asociación?
En primer lugar, fue la necesidad de hacer de la educación una verdadera política de estado a nivel local, entendiendo que para eso se vuelve fundamental una construcción colectiva entre el municipio y la comunidad toda.
Fue, además, un impulso que vino acompañado por el ejemplo que pudimos conocer de otras ciudades que forman parte de la asociación desde hace varios años y con quienes hemos generado importantes lazos. Entendemos, al igual que ellas, que no hay cambios posibles y duraderos en la sociedad que puedan darse sin una propuesta educativa que atraviese e interpele a la vida de cada uno de los habitantes de nuestro territorio.
¿Qué expectativas tiene con respecto a su participación en la AICE?
Para la ciudad de San Vicente implicará a la vez un salto de calidad y un desafío.
El primero de ellos porque nos permite compartir experiencias con otras ciudades, haciéndonos parte de una red de municipios que han entendido de un mismo modo a esta necesidad y a este concepto.
El segundo de ellos, porque tenemos en nuestras manos la posibilidad de generar cambios, de empezar a pensar diferente o de hacer real lo que se viene proyectando desde hace mucho tiempo. Pertenecer a esta asociación implica conocer en profundidad cuál es nuestro propósito desde la educación y para con ella. Es un camino hacia un pensamiento transversal y un accionar consecuente con ello.
Por último, esperamos que estas dos cuestiones nos ayuden sistematizar muchos procesos que se vienen realizando y puedan ser plasmados para su resguardo y perdurabilidad en el tiempo.
¿Cuáles son los aportes de valor que su ciudad puede brindar a la Asociación y a las otras ciudades miembro?
Consideramos que San Vicente, al ser una ciudad nueva, tiene mucho camino por andar y una amplia variedad de posibilidades para ser exploradas, trabajadas y abordadas de manera conjunta. Podemos aportar desde las experiencias transitadas hasta el momento, que no son demasiadas, pero posibilitan un análisis y abordaje en conjunto con quienes tiene ya más conocimiento en el tema. Pero también podemos sumar desde la mirada de los actores locales para pensar junto a otros. Por último, nuestro mayor aporte será la responsabilidad y el compromiso para con la asociación y sus integrantes.
¿Cómo construye su ciudad día a día el concepto de Ciudad Educadora?
Si bien la educación se trabaja desde múltiples acciones y casi implícitamente en muchas de las decisiones que tomamos, San Vicente hoy se encuentra en un proceso de reflexión sobre el concepto de ciudades educadoras porque implica para todos los integrantes de la comunidad y, especialmente para aquellos vinculados a la toma de decisiones, un cambio de paradigma en los modos de trabajo. Entender que el entorno en el cual nos encontramos diariamente puede ser una de las fuentes más importantes y valiosas para el aprendizaje se convierte en una premisa que debe guiar y acompañar el trabajo. Hoy conocemos el concepto, lo analizamos, iniciamos un proceso diagnóstico para reconocernos en esta nueva mirada y comenzamos a proyectar a partir de ello.
¿Por qué cree que otras ciudades deberían sumarse a la AICE?
Ser parte de la asociación implica, en primera instancia, una necesidad de trabajo interno, de mirarnos a nosotros mismo, de cambiar los modos de pensar y actuar para fortalecer y potenciar aquello que se viene haciendo. Pero, principalmente, se transforma en la oportunidad de trabajar con otros, de pertenecer a un entramado en el cual existe la posibilidad de nutrirse de la experiencia, de compartir miradas, de crear colectivamente, de contagiar entusiasmo y, fundamentalmente, de avanzar con certeza hacia la gran convicción que hay detrás de estas propuestas que se resume en confiar en que no existe un mundo mejor posible sin una mejor educación real y accesible para todos.
